El ecoturismo pretende ser un viaje ambientalmente responsable, a regiones poco perturbadas para disfrutar del medio natural y de la cultura de los habitantes de tal medio, para promover tanto la apreciación de las riquezas naturales y culturales de los lugares a visitar, como para dar a la conservación un valor monetario tangible, que sirva de argumento para convencer tanto a los visitantes como a las comunidades de la importancia de la conservación de sus recursos.
El turismo ecológico debe ser un turismo "ético", en el cual se respete la cultura, la diversidad, la espiritualidad de los pueblos, pero fundamentalmente debe ser entendido como un viaje para conocer otras formas ancestrales de vida, cosmovisiones distintas entre la naturaleza y los hombres.
En Orellana, pueblos como los Huaorani, Shuaras y Kichuas, junto a su cultura, a su arte y a su religión, constituyen un patrimonio cultural de extraordinario valor, no solo para los Ecuatorianos sino para el mundo entero.
La selva es, y ha sido su hogar, la han protegido y han resistido a conquistadores, caucheros, petroleros y epidemias, ahora nos corresponde a nosotros salvaguardarlos, ayudarlos a preservar y conservar su cultura, pero sobre todo, la tarea URGENTE es proteger la selva, la verdadera protagonista de la historia; y cuna de una geografía humana, perseguida, agredida, desvastada por los avances de la “civilización” occidental.
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